Pese a señales de recuperación económica, el consumo masivo continúa en retroceso, especialmente en los sectores más vulnerables, donde la caída del poder adquisitivo obliga a modificar hábitos alimentarios. Según datos privados y oficiales, en marzo de 2025 el consumo masivo registró una nueva contracción interanual del 5,4%, profundizando la baja del 2,7% registrada en febrero.
El impacto más fuerte se observa en productos esenciales como la carne vacuna, cuyo consumo cayó por décimo sexto mes consecutivo, con un retroceso mensual del 2,7% e interanual del 5,4%, según datos de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra). El consumo anual per cápita se ubicó en 47,8 kilos, el nivel más bajo en tres décadas. Frente a los precios en alza, los hogares de menores ingresos comenzaron a sustituir la carne vacuna por pollo, cerdo o productos más económicos como arroz, polenta y fideos.
El retroceso en el consumo se da en un contexto inflacionario persistente. En marzo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió 3,7%, con aumentos destacados en educación (21,6%) y alimentos (5,9%), según el INDEC. La inflación acumulada en 2025 alcanzó el 8,6%, con una variación interanual del 55,9%. Los productos básicos como verduras, legumbres, carnes y derivados fueron los que más subieron, afectando directamente a la canasta básica de los sectores populares.
Un informe de la consultora NielsenIQ detalló que los hogares adoptaron un consumo más cuidadoso y selectivo. En marzo, las ventas de bebidas alcohólicas cayeron un 10%, mientras que las bebidas sin alcohol crecieron apenas 0,5%. Los alimentos mostraron una leve mejora del 0,5%, con alzas en golosinas (2,2%) y alimentos no básicos (1,9%). Rubros como cuidado personal y limpieza crecieron un 4,1% en conjunto, destacándose productos de tocador y limpieza del hogar.
A pesar de la caída en el consumo masivo, algunos sectores muestran signos de reactivación. Las ventas de autos subieron 90% interanual en el primer trimestre de 2025, las de motos un 62%, y las escrituras de inmuebles aumentaron un 94%. Además, las ventas de electrodomésticos crecieron un 51% y los viajes al exterior se incrementaron un 74%, con Brasil como destino más elegido.
Consultoras de consumo sostienen que esta disparidad refleja la brecha entre sectores: mientras que los hogares de ingresos bajos y medios-bajos destinan gran parte de sus recursos a productos básicos, las clases medias-altas y altas retoman la compra de bienes durables y servicios turísticos. El consumo en supermercados y autoservicios también mostró retrocesos: las ventas bajaron 7,1% y 3,7%, respectivamente.
El poder de compra continúa golpeado por los salarios que no logran equiparar la inflación. En este escenario, especialistas advierten que el consumo masivo podría continuar debilitado, a menos que se produzcan mejoras reales en los ingresos y una desaceleración sostenida de los precios. (Agencia OPI Santa Cruz)