Máximo Kirchner: “La CGT se escondió, pero la sociedad acompañó a Cristina”

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En una entrevista reciente, el diputado nacional por Unión por la Patria Máximo Kirchner cuestionó con dureza a la conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT) por su ausencia en la movilización que tuvo lugar el pasado miércoles en Plaza de Mayo en respaldo a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, tras su condena a seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en la causa conocida como “Vialidad”. Kirchner expresó que, si bien es legítimo que haya dirigentes sindicales que no se sientan representados por su madre, hubiera valorado un gesto de solidaridad institucional por parte de los tres secretarios generales de la central obrera.

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Durante la entrevista, el legislador y líder de La Cámpora remarcó que la CGT atraviesa un proceso interno que podría estar condicionando sus decisiones, ya que en menos de cuatro meses deberá renovar sus autoridades. No obstante, valoró la presencia en la manifestación de espacios políticos no peronistas, como partidos de izquierda y organizaciones sociales, que —según dijo— actuaron con solidaridad ante lo que considera una persecución judicial. En este marco, Kirchner ironizó sobre el silencio de algunos sectores del sindicalismo: “Es como aquel chiste viejo: un esqueleto en el ropero es un tiempista que jugó a las escondidas y ganó”.

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Al referirse al fallo de la Corte Suprema, el diputado denunció que existe un poder fáctico que actúa por fuera de los votos y que no acepta perder. “Cuando ve que va a perder, busca cómo sacarte de la cancha”, sostuvo. Según su visión, la sociedad reaccionó con amplitud ante la condena, mostrando que no todos los presentes en la Plaza de Mayo respondían al kirchnerismo, lo que consideró una señal de unidad frente a lo que calificó como una ofensiva política y judicial.

Kirchner también abordó la interna del peronismo, reconociendo tensiones entre La Cámpora y sectores cercanos al gobernador Axel Kicillof. Afirmó que algunos dirigentes llevaron el debate a un plano personal, cuando, a su entender, lo central es discutir políticas públicas. Planteó la necesidad de construir una alternativa que no solo busque ganar las elecciones de 2027, sino que tenga la capacidad de completar un mandato con legitimidad, como lo hizo Cristina Fernández de Kirchner.

En su diagnóstico, insistió en que el “frente anti Milei” no puede limitarse a una reacción contra el actual gobierno, sino que debe ofrecer una propuesta concreta. En ese marco, recordó la discusión interna que generó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional durante el gobierno de Alberto Fernández, y criticó a quienes, en su momento, argumentaron que oponerse al pacto implicaría abrirle la puerta a la ultraderecha.

Respecto del operativo de seguridad desplegado por el Ministerio de Seguridad frente a la residencia de Cristina Kirchner, Kirchner calificó la medida como una “exageración” y apuntó contra la ministra Patricia Bullrich, acusándola de utilizar a las fuerzas de seguridad con un sesgo autoritario. También denunció que jubilados y manifestantes son tratados “abusivamente” en las cercanías del Congreso y consideró que ese accionar erosiona la legitimidad institucional. No obstante, definió al gobierno de Javier Milei como “parcelado” y vinculó su actitud frente al Poder Judicial con presiones de sectores económicos y del FMI. “La verdadera casta fue contra Cristina”, sentenció.

En relación al endeudamiento con el Fondo Monetario, propuso establecer un acuerdo básico entre distintas fuerzas políticas que permita una salida consensuada al problema de la deuda, sin condicionar el futuro del país. En ese sentido, criticó la subordinación de las decisiones económicas a los requerimientos del organismo y advirtió que el próximo presidente argentino no debería actuar como un “delegado del FMI”.

Finalmente, Máximo Kirchner se refirió al impacto humano que atraviesa Cristina Fernández de Kirchner al cumplir su condena, asegurando que, pese a su fortaleza, no deja de ser una persona afectada por la situación. La describió como una dirigente con una fuerte vocación política, marcada por una militancia forjada en tiempos violentos y difíciles de la historia argentina. “No es una superheroína de Marvel, es una peronista hecha y derecha”, expresó, y cerró con una anécdota íntima sobre los gestos de afecto que recibe la exmandataria por parte de la ciudadanía. (Agencia OPI Santa Cruz)

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